La sequía había golpeado a Canaán sin cultivos, pero Egipto tenía grandes almacenes de comida. Jacob sabía que a menos que actuara pronto, su familia se moriría de hambre. Envió diez de sus hijos al Faraón para comprar provisiones. Nunca imaginaron que allí encontrarían no solo comida, sino el hermano al que habían traicionado hacía tiempo y que habían abandonado por muerto. El poder de José bajo el faraón le permitiría castigar a sus hermanos. ¿Revelará su verdadera identidad y permitirá que prevalezcan la misericordia y el perdón?